AGUA MICELAR
El secreto del agua micelar reside en su composición.
Este agua está formada por unas complejas estructuras moleculares llamadas micelas que le otorgan unas características que la hacen diferente al agua común.
De forma sencilla y sin querer profundizar en su composición química, podemos decir que las micelas tienen una estructura bipolar, es decir, parte de sus moléculas son afines al agua mientras que otras actúan de repelente de la misma. El resultado es que son capaces de proporcionar una emulsión que ayuda a disolver determinados compuestos que serían insolubles en el agua corriente.
Tiene, por tanto, mayor poder de “arrastre” de la suciedad y de la grasa es un excelente producto de cuidado facial. Su principal propiedad, absolutamente reconocida, es la capacidad limpiadora. El agua micelar es perfecta como aliada de la higiene cotidiana del rostro.
Por la mañana, o antes de dormir, para eliminar las impurezas acumuladas durante la jornada, un algodón empapado en este agua basta para dejar el rostro limpio, fresco, sin restos de sudor o grasa y sin poros obstruidos.
también proporciona frescor y luminosidad al rostro, siendo especialmente recomendable en el caso de pieles sensibles (que tal vez no acepten otros productos con agresivos componentes químicos) y, también, cuando el rostro muestra signos de cansancio y fatiga, ya que, al tratarse de agua, contribuye a la hidratación de las capas más externas de la piel.
Por último, recuerda que el agua micelar es perfectamente compatible con tus cosméticos habituales y con los distintos tratamientos de belleza (no los sustituye). Puedes utilizarla, por ejemplo; para limpiar el rostro y, a continuación, aplicar tu crema hidratante - nutritiva de día o de noche con total seguridad de estar cuidando tu piel como merece.
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